La construcción de una presa
hidráulica provoca cambios irreversibles en el área donde son construidas.
Existen efectos ambientales directos de la construcción de una presa,
problemas con el polvo, la erosión, el movimiento de tierras...
Los impactos mayores
provienen del estancamiento del agua, la inundación de la tierra para formar el
pantano y la alteración del caudal del río.
Estos efectos tienen
impactos directos para los suelos, la vegetación, la fauna y
especialmente, para las poblaciones humanas del área.
Los efectos indirectos de la presa, a veces, pueden ser peores que
los directos y se relacionan con la construcción, mantenimiento y
funcionamiento de la misma.
Los beneficios de la presa son que se controlan las inundaciones y se
provee un afluente de agua más confiable y de más alta calidad para el riego, y
el uso doméstico e industrial. La energía hidroeléctrica es una alternativa
para la energía termoeléctrica o la energía nuclear. Asimismo, las presas pueden
crear una industria de pesca, y facilitar la producción agrícola en el área
donde se encuentren situadas.
Los aspectos
negativos, con respecto a la ecología, son:
- Altera el desenvolvimiento de la vida animal y
vegetal del río.
- El agua de los embalses se evapora: En la zona
donde se construye aumenta la humedad del ambiente como
consecuencia de la evaporación del agua que se encuentra contenida en el
embalse.
- En el caso de las centrales de embalse construidas
en regiones tropicales, como consecuencia del estancamiento de las aguas
se han podido detectar grandes focos infecciosos de bacterias y
enfermedades. En Brasil el brote de dengue fue asociado con las represas
construidas a lo largo del río Paraná.
A pesar de estos aspectos la
energía hidráulica es una buena opción ya que es una fuente de energía
renovable y lo más importante es que no genera CO2.
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